Tuesday, July 22, 2008

con repeticiones contínuas de Pace is the Trick

Éste, que era el año de la estupidez, estuvo marcado por una serie de entrevistas absurdas, de botes de basura con pelo de muñeca y las alarmas de bomberos hacían aullar a los perros, muchas horas en las que nadie está en el teléfono.
Nos miramos,
Estamos en un tren y nadie puede bajar.
Las horas que perdí durmiendo en las mañanas, las horas que perdimos en ese bar, sólo era un tiempo para hablar y nunca supimos su nombre o que al paso de ese año llegaríamos al absurdo, con unos cuantos amigos menos.

Cuando me avisó que pensaba en morir yo dormía eran las 12 de la manaña. Alcancé a tomar el celular y a ver un mensaje de texto, pero no pude tomarme la molestia de levantarme o marcarle de nuevo.

Cuando la mujer negra acapulco se fue con mi dinero no pude tomarme la molestia de perseguirla o golpearla, o hacer otra cosa, sólo pensé: éste es el año de la futilidad.

Se fue el carpintero y me encerró en mi propia casa, no pude tomarme la molestia de llamar a nadie, me senté a esperar por alguien, pero nadie llegó hasta una semana después.

Así pasaron seis días y siete meses, en los que sólo la lluvia era constante.

En el año de la estupidez.

Saturday, July 12, 2008

dias horribles

Hoy soñé que iba a casa de Miguel Luna y abrazaba a su hija y lloraba mucho con ella. Como todo lo que no lloré cuando murió. En su casa estaba su esposa y me quitaba los zapatos para caminar. Después no los podía encontrar.

Hay varios días en los que uno quisiera abrazar a la hija que nunca conocimos de una persona que no podremos ver más.

Estoy en otra de esas etapas en las que hay que tener fuerza para levantarse de la cama, por ejemplo. El viernes sólo pude ir a una tienda y al banco antes de llegar a la oficina ( a las 4 de la tarde).

Quizá toda esta melancolía comenzó cuando estaba en las clases de portugués y la maestra me dormía con su acento de paulista.

O cuando me vieron en la calle tres adolescentes y sonrieron y se acordaron de mi nombre pero yo no pude saber quiénes eran, hasta que me aproximé a verlos y supe entonces que se trataba de los compañeros de clase de mi hermana con los que conviví más de 10 años.

Todo es como un sueño.