Tuesday, March 24, 2009

Memorias antes de un concierto

Recuerdo que poco tiempo después de que se cayeron las torres visité de nuevo a Maru
llevaba conmigo dos teléfonos celulares y un disco nuevo, la tinta del libro olía fuertemente a fábrica
No era la primera vez que abríamos una caja de disco y escuchábamos algo en la sala con la pintura de su madre y las cuerdas vocales doradas del prestidigitador
Lo escuchamos completo en la sala decíamos que no había necesidad de drogas
Otra vez fuimos a casa de Daniel para tratar de que naciera el amor
Como tantas ocasiones más estaba algo borracho
llevaba una bata de terciopelo y pantuflas de hombre, viejo,
Nos dijo: "este será el mejor disco de la época" y por alguna razón le creímos,
y al final de todo resultó que así fue
Ese día le dedicó una canción a una locutora que nunca más hizo radio
Quizá se suicidó

Una vez en una sala de Glasgow había logrado bajar una canción, mi computadora ya no estaba trabajando correctamente, ni tampoco nosotros, pero logré hacerlo.
Cantamos
esa música de himnos y guitarras del siglo XIX
Creo que esa vez realmente hubo algo,
Una especie de conexión que nunca o pocas veces existió
Cantamos un aria de roedores
A pesar de los vecinos y de que estaba prohbido vivir


En mi habitación también canté una vez con un joven de Colorado,
Me dijo
No te sabes la letra, pero está bien que cantes con sentimiento
Después nos besamos
pero la relación no funcionó

En realidad me gustaba más escuchar la copia de mi disco en la sala, a veces daba vueltas y otras veces escribía en las paredes
Agradecía a esos músicos
Esas palabras y esas guitarras
El pánico