Wednesday, September 26, 2007

en el mercado

Hay dos amigos que me preguntan: ¿Cómo estás? si les respondo que bien, la primera vez parecen no creerlo. Hay que insistir. De hecho estoy bien, bajo las capas y capas de papeles, estoy bien, tan bien como una rata asfixiada en el escritorio del jefe o los árboles de la avenida soleada, otoño. Finalmente es justo decir que estoy así: Bien. En cambio no tengo que preguntarles nada para que me contesten: Yo estoy mal.

Thursday, September 13, 2007

de noche

Hay un grupo de amigos que hablan como si se tratara de una reunión decembrina. De a poco el año se aproxima.

A veces creo que me he vuelto insoportable para mis propias fiestas, no creo que tenga una celebración este año. Hoy descubrí por qué nunca podré vivir en esa colonia Del Valle. De hecho, he planeado correr de la Navidad. Sólo voy a dejar una bolsa con regalos. Es lo más justo.

Ellos siguen riendo, cambian números de celulares y usan una camioneta.
Es bastante tarde, como para pensar en toda la lista de invitados.

Como anfitrión casi nunca se está contento. Siempre falta una tía. Cuando me dijo: Es un cuadro neurótico aquello, por qué no puedes conformarte con lo que tienes.
Debería cerrar el día con una oración, pero no sé cómo hacerlo.

Dios:

todavía hay que hacer una lista de invitados.

Friday, September 07, 2007

TIA

La semana comenzó de una forma bastante interesante. El domingo en la mañana me desperté muy temprano, a las 6:30, para correr a una cita en el parque que tenía con una Artista Alemana Conceptual. Creí tontamente que los alemanes eran puntuales, pero no lo son, o quizá sí pero en el caso de esta artista, pudo más el mundo flotante que el mundo de los relojes.



Finalmente sí hice aquello de dormir en una banca del parque México y despertar para contar mi sueño. Nada relevante, un sueño de oficinista, trabajar en el escritorio, con una computadora que no es mía. Realmente la computadora de la oficina no es mía, tampoco.



Más tarde llevé a mi familia al restaurante Hindú por el que hemos tomado afecto en los últimos meses. Fue un desastre, como todo lo que implica mezclar a la familia en las cosas que me parecen placenteras pero que para ellos pueden ser totalmente inintelegibles: tomar cafés eternos, fumar pipas de agua, escuchar rock, ser oabsurdo, ser, o dejar de ser en el mismo momento, no ver televisión, no creer. en fin, sólo cuando llegaron los platos que esperamos por casi tres horas y plantamos los tenedores empezamos a tener felicidad. Y mi madre dejó de quejarse. Traumas infantiles.



Seguimos en la casa, un poco más cómodamente. todo es mejor con un poco de pastel y café.



Para que horas después nos llamaran a decir "La tía Mago ha muerto"



La tía tuvo el cabello blanco desde el principio de los tiempos, aún cuando era jóven. Todo lo que recuerdo es su impecable existencia de Tía: Presencia en Liverpool de Felix Cuevas, una casa en Taxqueña, joyas de la corona, la Monalisa en la biblioteca, un Cucu en la sala de televisión, fotografías en Europa, Nietos horribles, Hermanas aún más tías, tías abuelas de casi 100 años. El pastel que comimos en la tarde, cuando dijimos: "Se ha puesto muy enferma", era de tres leches, el cabello de la tía era de tres leches. Por su constancia y amor será un elemento indispensable en las reuniones donde comeríamos pastel. ERA. No solamente mi abuela preguntaba por ella, yo preguntaba por ella y mis amigos llegaron a preguntar por ella. Una referencia para la continuidad.

Pues así fue que murio un domingo en la tarde. cuando justo recordabamos de ella.
Es la primera vez que algún muerto es cercano y relevante en mi lista.