Saturday, July 12, 2008

dias horribles

Hoy soñé que iba a casa de Miguel Luna y abrazaba a su hija y lloraba mucho con ella. Como todo lo que no lloré cuando murió. En su casa estaba su esposa y me quitaba los zapatos para caminar. Después no los podía encontrar.

Hay varios días en los que uno quisiera abrazar a la hija que nunca conocimos de una persona que no podremos ver más.

Estoy en otra de esas etapas en las que hay que tener fuerza para levantarse de la cama, por ejemplo. El viernes sólo pude ir a una tienda y al banco antes de llegar a la oficina ( a las 4 de la tarde).

Quizá toda esta melancolía comenzó cuando estaba en las clases de portugués y la maestra me dormía con su acento de paulista.

O cuando me vieron en la calle tres adolescentes y sonrieron y se acordaron de mi nombre pero yo no pude saber quiénes eran, hasta que me aproximé a verlos y supe entonces que se trataba de los compañeros de clase de mi hermana con los que conviví más de 10 años.

Todo es como un sueño.

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