Esta semana de tramites y servicios en Londres ha sido extenuante, pero al mismo tiempo me hizo conocer calles y avenidas que nunca hubiera imaginado. Sigo prefiriendo a mi ciudad y sigo sin tenerle cari/o, pero fue una buena secretaria y agente de viajes.

Ma/ana salgo para Madrid, quisiera dejar de preocuparme y comenzar a disfrutar todo, disfurtar esta ciduad vieja y todo lo que viene.

Aunque las cosas se vayan resolviendo muy en el camino.

Y las cuentas en el banco esten cada vez mas flacas.


Si el diario de las cabezas de Frida Kahlo fue el mejor en cuanto a los sentimientos, el de los libros apolillados que me regalo Maru es el que tiene una mejor descripcion de lo que es la locura de moverse por el mundo.

Como los globos terraqueos de la biblioteca del British Museum.

En estos dias he platicado mas con Afganos y Africanos que con personas de la tierra de la Rosa. Me vienen mejor, y el acento que tanto les molesta a los creadores de la lengua se convierte en una regla de clase e indentidad a la que estoy muy dispuesta a romper, porque debajo de un ingles mal hablado hay doctores, estudiantes de maestria, refugiados y un mundo entero de significacion.