Éste, que era el año de la estupidez, estuvo marcado por una serie de entrevistas absurdas, de botes de basura con pelo de muñeca y las alarmas de bomberos hacían aullar a los perros, muchas horas en las que nadie está en el teléfono.
Nos miramos,
Estamos en un tren y nadie puede bajar.
Las horas que perdí durmiendo en las mañanas, las horas que perdimos en ese bar, sólo era un tiempo para hablar y nunca supimos su nombre o que al paso de ese año llegaríamos al absurdo, con unos cuantos amigos menos.
Cuando me avisó que pensaba en morir yo dormía eran las 12 de la manaña. Alcancé a tomar el celular y a ver un mensaje de texto, pero no pude tomarme la molestia de levantarme o marcarle de nuevo.
Cuando la mujer negra acapulco se fue con mi dinero no pude tomarme la molestia de perseguirla o golpearla, o hacer otra cosa, sólo pensé: éste es el año de la futilidad.
Se fue el carpintero y me encerró en mi propia casa, no pude tomarme la molestia de llamar a nadie, me senté a esperar por alguien, pero nadie llegó hasta una semana después.
Así pasaron seis días y siete meses, en los que sólo la lluvia era constante.
En el año de la estupidez.
Tuesday, July 22, 2008
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
1 comment:
Si tienes tiempo en tu apretadísima agenda, visita mi blog. Te ves bonita en mi blogroll :) así que más te vale que actualices con cosas BUENAS y constantemente. Ah, y también si tienes tiempo, vamos a vernos...
Post a Comment